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Sobre lo intrascendente

El troleo del año

 Dylan Mulvaney, ¿el troleo del año?

El primer día de su nueva vida Dylan lloró tres veces, escribió un email mordaz que no envió, compró online ropa que no podía pagarse y contestó varias veces que estaba bien, aunque no era verdad. Esta particular idea –por no decir estereotipo– de feminidad le ha granjeado millones de seguidores y al mismo tiempo una ola de odio en las redes. Pero Dylan Mulvaney no se detiene: dice tener claridad en sus sentimientos –hay que darle crédito por esto, tan difícil en la vida–. Aunque todavía no se atreve a considerarse una mujer, porque apenas está comenzando el recorrido, no tiene la menor duda de sentirse y ser del género femenino. Y por tanto, según este razonamiento, todo lo que haga es una expresión legítima de esos sentimientos.

Desde marzo de 2022 Dylan Mulvaney ha publicado en TikTok el camino de su transición a la feminidad titulándolo “Days of Girlhood”. Cada día de su transición es documentado en un episodio –sí, esto tiene visos de serie– que nos muestra sus actividades como ser femenino.

Girlhood no siempre tiene una traducción apropiada en español, porque girl se usa tanto para una niña como para una mujer joven, una muchacha o chica, digamos. En el caso de Dylan, la ambigüedad es muy apropiada, porque algunas veces actúa como una niña y otras, bueno, ¿quién sabe? Supongamos que como una muchacha, alguien que ya no es una niña ni tampoco una mujer.

Hablemos entonces de “muchachez”, una palabra casi en desuso, aunque hoy más que nunca esta etapa de la vida humana se alarga y los muchachos hacen muchachadas. Digamos que la muchacha que Dylan dice ser nos muestra sus muchachadas, como hablar de ser madre vestida de Lolita, con un gigantesco lazo rojo adornándole el cabello perfectamente peinado en un estilo vintage. Un estilismo que difícilmente cualquier muchacha se atrevería a llevar fuera de un cosplay.

Pero a ratos uno entrevé detalles. Dylan no se va a cambiar el nombre, porque el suyo ya es de género fluido. Así que Dylan la muchacha puede seguir conservando su nombre. Aparentemente, está recibiendo tratamiento hormonal, pero eso no importa en términos prácticos: elle –aquí sí cabe a la perfección este nuevo pronombre, porque una persona con poco más de 200 días de vida femenina difícilmente puede llevar el pronombre ella– se identifica como muchacha, y listo. No como mujer, sino como muchacha. Y probablemente tiene razón. Le chique –otra vez, me parece que chica todavía no le viene bien– tiene apenas 25 y toda una vida para hacerse mujer, aunque la mayoría de quienes nacimos mujeres –ahora llamadas cis– a los 25 hayamos ya vivido buena parte de nuestra experiencia mujeril, por llamarlo de alguna manera.

En el pasado alabé la posibilidad de moldearnos a nuestra voluntad, como semejantes a Dios que somos. Me admiré con la obra que hizo Michael Jackson con su cuerpo. Así que no voy a utilizar un doble estándar en este caso. Como decía aquel personaje de Almodóvar: “Una es más auténtica cuanto más se parece a lo que soñó de sí misma”.

Dylan no solo ha hablado sobre colaboración y autoría en el Forbes Power Women’s Summit 2022 (Cumbre de Mujeres Poderosas de Forbes de 2022), sino que además ha modelado en la semana de la moda de Nueva York y ha podido entrevistarse con el presidente Joe Biden en la mismísima Casa Blanca. Probablemente será nombrado Mujer del Año, como lo fuera Caitlyn Jenner en 2015. A principios de octubre, la cadena de cosméticos Ulta fue sometida a una campaña de cancelación con el hashtag #boycottUlta luego de que Dylan Mulvaney apareciera en un podcast de la marca. Como seres territoriales que somos, a muchas mujeres no les ha hecho ninguna gracia que este chique invada nuestros espacios.

A pesar de todo, Dylan me cae especialmente bien, porque es un artista, un actor que durante la pandemia encontró en TikTok la plataforma perfecta para mostrar su talento. Comenzó con canto y comedia y siguió con la serie sobre su transición a la muchachez femenina. Por esto –independientemente de lo que pienso de la gran ola de transgenerismo–, no puedo sentir ninguna animosidad contra Dylan. Porque quizás estamos viendo su gran actuación.

El personaje Dylan muchacha puede parecerme particularmente insidioso y peligroso como modelo a seguir, pero el cerebro tras la marca –el Dylan creador– es un genio del marketing contemporáneo, además de gran performer. Me recuerda a aquel brasileño que nos tomó el pelo con sus fotorreportajes y desapareció del mapa.

Estoy convencida de que Dylan Mulvaney nos está troleando, que estamos ante una de las grandes performances de lo que va de este siglo XXI bromista. Como dice Dylan cándidamente: “Can’t we just have some fun on here, people?”, “¿No podemos solo divertirnos un poco, gente?”. Así que mejor no perdamos el humor ante tanta muchachada y veámoslo como lo que debería ser: los 15 minutos de gloria de un joven actor.

Fanny Díaz

Información adicional

🔗 The Skimm

🔗 RollingStone

🔗 TikTok

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Esta entrada fue publicada en octubre 30, 2022 por en Actualidad y etiquetada con , , , , , , , , .