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Sobre lo intrascendente

La vida secreta de Carmen Mola

La vida secreta de Carmen Mola

Llegó a casa e instintivamente intentó quitarse el sostén, pero ni aun en un momento tan íntimo los tres hombrones desaparecían de su vista.

Ya casi no se acordaba de cómo se había metido en el lío de alojarlos en la caja de zapatos que tenía por casa, donde hasta entonces había pensado que apenas cabían ella y su gato.

Los había conocido uno de esos días en que se sentía inclinada a las buenas obras y aquellos tres sin casa la convencieron de darle un chance al couchsurfing. Pero la noche se alargó a una semana que luego se convirtió en meses, mientras terminaban la novela que, según ellos, los sacaría de abajo a los cinco. De cierta forma también le irritaba que la metieran en sus planes, como si ahora se hubieran convertido en un colectivo. A ella, que lo único de lo que siempre se había jactado era de no formar parte de nada.

Nunca les creyó. Los tres chiflados le parecían más bien uno de esos artistas sin arte de los que hablaba Capote, aunque para ser sincera se había ido acostumbrando a la situación y algunos días hasta se sentía cómoda.

La verdad es que aquellos elementos, como le había dado por llamarlos, se ocupaban de casi todo en la casa. Cocinaban, limpiaban e incluso le lavaban y planchaban la ropa, que era una de las cosas que más le fastidiaban en la vida. Pero ni aun así Carmen podía verlos como otra cosa que unos okupas. Si al menos alguno hubiera estado bueno habría podido decidirse por ese y deshacerse de los otros. Pero ni eso. Qué vida. Qué más da. 

Lo que más le molestaba de aquella situación era que últimamente no había podido subir home tours a su canal, y por si fuera poco le habían desmonetizado algunos de sus videos por parecer que estaba promoviendo el poliamor o, peor todavía, normalizando el vivir en una casa tomada.

De vez en cuando se aparecían con regalos nada despreciables, que había podido publicar como unboxing en su canal. Pero Carmen quería más. Ya no soñaba con un cuarto propio. Quería una isla, o un país, o mejor un planeta.

Cuando los okupas le pidieron permiso para usar su nombre como seudónimo por no sé cuál estrategia de marketing, Carmen no supo qué contestar. Primero habían hablado de unas novelas y luego vendría un premio gordo. Como influencer tenía un nombre que defender y no podía ponerlo en peligro, pero aquel porcentaje sobre un posible premio literario ganó la partida. Lo que pasó después es parte de la leyenda.

Nada fue planeado. Fue más bien un equívoco que dio pie a una idea. Le habían notificado que era la ganadora de un millón de euros. El cheque estaba a su nombre.

El día que pasó a recogerlo no había pensado más nada que volver a casa y entregarlo a quienes se lo habían ganado letra a letra, pero una vez que lo tuvo en las manos la idea le tomó el cuerpo. Fue una especie de borrachera, un high que pudo más que ella. 

Las aventuras que había soñado por tantos años estaban al alcance. A ellos le quedarían las regalías por venta, se dijo, tratando de justificarse ante sí misma. Agarró su mochila, su gato y les dejó todo lo que tenía, que no sería mucho pero era de buen gusto, y además, si habían podido ganar una vez seguro que podrían repetirlo. Ella, en cambio, por más que lo había intentado nunca había logrado su sueño de vivir sin domicilio conocido más allá de su email. Por primera vez aquella posibilidad era real y no la iba a dejar ir.

Ahora Carmen recorre el mundo con cuatro identidades. Dicen que en la próxima misión de Jeff Bezos formará parte de la tripulación.

Por Fanny Díaz

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4 comentarios el “La vida secreta de Carmen Mola

  1. Filiberto Mino
    octubre 29, 2021

    Yo desconocía (tal vez como la mayoría de la gente) que se puede vivir en una caja de zapatos. Me parece excelente la idea de Carmen Una buena forma de evitar el mundo moderno que nos oprime y nos borra . Me gustó el tema. Por momentos me recordó a Gregorio Samsa (Die Verwandlung). Siempre es un lujo disfrutar tus sutiles rasgos kafkianos. Saludos.

    • Fanny Díaz
      octubre 30, 2021

      Estimado Filiberto, qué bueno saber que te gustó el tema (y espero que también el texto) 😉 Lo de la caja de zapato es más bien una exageración para hablar de los espacios extremadamente pequeños en los que vivimos la mayoría de las personas en las zonas urbanas. La verdad es que en un momento en que estaba revisando este texto pensé en tu lectura. Gracias por este comentario y gracias por la visita. Un honor, como siempre.

  2. Oswaldo Salvat Garcia
    noviembre 2, 2021

    Entiendo como acertada la sabiduría popular que afirma que la ignorancia es atrevida. De ser así me atrevo a exponer mi falta de conocimiento calificando este trabajo que has hecho como brillante. Por su sencillez discursiva y lo corto del relato pudiese tratarse de de un ejercicio sin gran expectativa. Pero las imágenes escenográficas, la descripción de los personajes. La trama y las sub-tramas. El argumento. Todo se conjuga en una estructura sólida y verosímil. El contenido de la metáfora sobre la libertad absoluta, la independencia y la feminidad empoderada son expuestos con belleza y sentimiento. Además con el plus que define la trascendencia de la literatura, que no es otro que no poder dejar de leer después de la primera frase. Hermoso trabajo, nenita linda. Love and kisses!

    • Fanny Díaz
      noviembre 3, 2021

      Querido Oswaldo lector: espero con mucha emoción tus comentarios a mis textos. Es emocionante saber que hay una persona allí que se toma el tiempo para pensar (y sentir) en lo que escribo y además compartir sus puntos de vista. La idea inicial de este texto fue poner la mayor cantidad de lugares comunes de nuestro tiempo en un solo texto. Me divertí mucho porque a mí me gustan los lugares comunes y además formo parte de ellos. Me gusta la cultura contemporánea. Me imagino que habrás leído sobre el concurso de Planeta donde ganó una «autora» (Carmen Mola) que en realidad eran tres hombres. No estoy muy segura de si este texto es una apología al empoderamiento femenino o una crítica a tanto feminismo falto de humor. En todo caso, sí es un grito de libertad absoluta, como bien dices. Y además es un intento de ver la vida con humor y osadía. Gracias de nuevo, mil y una vez, por tu lectura. Abrazos

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Esta entrada fue publicada en octubre 29, 2021 por en Actualidad y etiquetada con , , , , , , .
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