Mi querido lector:
Esta soy yo en las últimas semanas: una señora con una mano que no responde a sus órdenes. Pero sobre todo una persona que tiene una sola obsesión: velar que su mano (derecha, para más señas) quede bien.
Siempre había pensado que una persona enferma se transforma en un ser ensimismado. Ahora entiendo ese cierto ombliguismo del enfermo. Solo puedes mirarte a ti mismo. A pesar de no estar realmente enferma, tampoco he tenido la energía física y creativa para escribir, pero hoy he decidido «dar la cara».
Vendrán tiempos mejores y más productivos.
Cuiden su cuerpo y sobre todo su mente, en estos tiempos tan revueltos. No se ensimismen. Hay un mundo allá afuera que necesita de sus ideas.

Los quiere,
Fanny Díaz






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