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Sobre lo intrascendente

Más Harari y menos prejuicios

Es un intelectual que no le teme a los medios, es evolucionista en un país con profundas raíces religiosas (aunque sus escritos están llenos de referencias bíblicas), practica diariamente meditación Vipassana, es gay, vegano y no utiliza smartphone. Yuval Noah Harari (Kiriat Ata, Israel, 1976) es sin lugar a dudas la figura intelectual mediática más reciente. La encarnación de celebridad intelectual en tiempos de redes sociales.

Si leyéramos esta descripción sin su nombre podría decirse que hablamos de un hipster, pero creo que Harari es simplemente un hombre de su tiempo que tiene por profesión discutir ideas. Harari utiliza la red como la gran arena que es, con todas sus posibilidades. No le teme a la autopromoción. Es además uno de esos pocos intelectuales contemporáneos que ha logrado “llegar” al gran público sin perder profundidad, e incluso ganar el respeto de ciertos medios de comunicación. Es en definitiva un intelectual de su tiempo. Y sí, probablemente es también un poco hipster, ¿quién no lo es?

En 2011 apareció en hebreo su primer libro, traducido a español como De animales a dioses: una breve historia de la humanidad (editorial Debate, España), que desde entonces ha vendido millones de copias en más de 45 idiomas. A este le han seguido Homo Deus: Breve historia del mañana (2015) y 21 lecciones para el siglo XXI (2018).

Mientras algunos intelectuales fustigan la obra de Harari por sensacionalista, y lo acusan de ser falsamente agudo, Harari ha abierto espacios a la discusión de ideas en espacios icónicos de nuestra época, como el campus Google y las conversaciones con el presidente de Facebook.

Filosofía, la nueva antigua celebridad

A pesar del aparente elitismo de la filosofía, si revisamos la historia con cierta atención puede entreverse la presencia de innumerables filósofos en la vida pública. Hoy los llamaríamos mediáticos.

Desde Sócrates y las muy mediáticas acusaciones de perversión que lo llevaron a la condena a muerte de la que el filósofo no hizo nada para librarse, pasando por los malcriados escándalos de Jean-Jacques Rousseau o Jean-Paul Sartre, o más contemporáneamente Slavoj Žižek o Judith Butler, cada generación parece tener una camada de filósofos cuyo perfil se adecua perfectamente a los tiempos. ¿O será al revés? Ojalá lo supiéramos.

Aunque Harari no es precisamente filósofo sino historiador, su trabajo podría suscribirse en el campo de filosofía de la historia, por lo cual personalmente creo que Harari es un filósofo.

En todo caso, vale la pena subrayar la importancia que Harari da al estudio de la filosofía. Tanto, que al preguntársele sobre una carrera práctica para las próximas décadas, contesta que la mejor opción es estudiar filosofía.

Algunas ideas a partir de Harari

Uno de los puntos más interesantes de Harari es su acercamiento a la noción de racismo basada en mitos creados por diversas sociedades para protegerse del otro. Dos ejemplos bien desarrollados: el sistema de castas en la India y la segregación de los negros en Estados Unidos.

Para el autor, las diferencias entre los diferentes grupos de Sapiens que en este momento habitan el planeta son tan insignificantes, que no podrían clasificarse como especies distintas. Esta premisa, que parece anodina a primera lectura, es un argumento biologicista para apoyar asuntos históricos. Así, fenómenos tan dispares como las diásporas, el nacimiento de la escritura, el triunfo y caída de imperios, los mecanismos de sobrevivencia de los Aché de Paraguay en los años sesenta y las diversas revoluciones se suceden en esa fascinante narración de cómo Sapiens ha logrado poblar y dominar el planeta. Al mismo tiempo, el precio que otras especies debieron pagar por esa expansión nos habla de la complejidad humana, de su capacidad de creación y destrucción. De la hasta ahora inevitable crueldad del vencedor.

Adiós al buen salvaje, Jean-Jacques Rousseau. Por las razones que sean, comprensibles o no, los humanos somos a la vez destructivos y creativos. Ni ángeles ni demonios. Multidimensionales. Sapiens demasiado sapiens.

¿Qué le permitió a Sapiens reinar sobre otros animales? Lo que diferencia a Sapiens de otras especies de animales es su capacidad de cooperación a gran escala por una causa, con frecuencia sobre la base de mitos compartidos; en otras palabras, su creencia en la imaginación y su capacidad de fabular. A mí particularmente me hubiera gustado el uso del concepto de convención para apoyar la noción de imaginación compartida, pues en su acepción de “Norma o práctica admitida tácitamente, que responde a precedentes o a la costumbre” (DRAE) la convención pone de relieve la capacidad humana, no solo de lograr acuerdos, sino también de aceptarlos y usarlos para la convivencia. Pero esa es otra discusión.

Las especulaciones de Harari sobre el futuro pueden parecer tremendistas y hasta traviesas, pero nadie puede negar que los cambios tecnológicos seguirán moldeando nuestra manera de estar en el mundo. Las disrupciones tecnológicas son un hecho. Cada día dejan a miles de personas sin empleo, no solo en el llamado primer mundo.

No se trata de convertir a Harari en un profeta intocable, sino más bien de reconocer en sus cavilaciones una voz de nuestros días. Después de todo, también en la era de las redes sociales, el mediatismo y las fake news deberíamos poner en práctica la duda metódica, que implica a la vez estar abierto y saber tamizar. Una actitud y agilidad que no siempre se nos da bien en estos tiempos de cambios donde más cómodo es creer a ciegas o ser iconoclasta y escéptico. Ambos, extremos de un Sapiens nada creativo.

“La historia no es el estudio del pasado; es el estudio del cambio”.

Harari en la red

Harari no tiene lecciones para un mejor vivir ni “filosofía de la vida” pero ya internet se ha encargado de recopilar las «10 reglas de Harari».

1. Sé adaptativo. Entiende que necesitarás flexibilidad mental para reinventarte una y otra vez de cara a las disrupciones tecnológicas. La revolución de la inteligencia artificial no es un evento único, sino un proceso de cambios cíclicos cuyo máximo potencial estamos todavía lejos de alcanzar. Por lo tanto, la mejor inversión que puede hacerse es en inteligencia emocional y equilibrio mental para conservar la capacidad de continuar aprendiendo toda la vida.

2. Aprende a manejar el fracaso. Si fallas en un examen pero de allí aprendes cómo lidiar con el fracaso, esto será más importante para el futuro que lograr la mayor nota.

3. Sé un cuentacuentos. “Como especie pensamos en forma de historias. Por lo tanto, si se quiere llamar la atención sobre algo hay que despojarlo del desorden de la realidad y contarlo en forma de historia, de otra manera la gente no va a entenderlo. (…) El arte provee a la gente de una referencia para darle sentido a su vida individual y a la vida colectiva y las buenas historias crean un muy buen mundo y las historias problemáticas crean un muy problemático mundo. (…) Hay una gran responsabilidad sobre las espaldas de los creadores, de los artistas, de los humanistas”.

4. Conócete a ti mismo. Encuentra tu propia manera de explorarte. “Cuando uno llega a conocerse a sí mismo se da cuenta de que con frecuencia ignorar al otro te perjudica más a ti mismo que a este”.

5. Practica meditación Vipassana. “Practico meditación Vipassana para entender mejor la realidad, no como un ejercicio espiritual. No creo que hubiera podido escribir ninguno de mis libros sin la ayuda del foco, de la disciplina, de la claridad que este tipo de meditación provee”.

6. Ocúpate de tu espiritualidad. Religión y espiritualidad son dos cosas totalmente distintas, casi opuestas. Espiritualidad tiene que ver con preguntas; religión tiene que ver con respuestas. “Yo pienso que en el siglo XXI necesitamos espiritualidad más que nunca antes, porque muchas preguntas filosóficas de pronto se han vuelto preguntas prácticas”.

7. Estudia filosofía. “Si quieres estudiar algo realmente práctico en el siglo XXI, filosofía es una buena apuesta. Problemas que los filósofos han venido discutiendo por milenios sin mayor vínculo con la vida práctica, como el significado de la esencia humana o el libre albedrío, han pasado de ser preguntas para filósofos a problemas de ingenieros. Frente a las tecnologías de reingeniería de seres humanos, la clonación, la pregunta por la esencia de ser humano pasa del campo de la filosofía abstracta al campo de la ingeniería. Este es el tiempo para que los filósofos, los historiadores, los estudiosos de las humanidades salgan a hablar de estos temas. Estos temas se han vuelto extremadamente urgentes. Muchas empresas de Silicon Valley ya están contratando filósofos residentes como parte de sus equipos, ya sea ingenieros que se han reinventado como filósofos, o cierto tipo de filósofos”.

“De las tantas cosas que pueden estudiarse en el siglo XXI, eventualmente la inteligencia artificial las hará mejor que los seres humanos, pero creo que la filosofía será uno de los últimos campos tomados por la automatización”.

8. Lee muchos libros. “Suelo comenzar a leer alrededor de diez libros de diferentes temas a la vez. Si un libro no me atrapa en las primeras diez páginas, lo dejo. Algunas veces termino leyendo solo un libro de los diez. Voy leyendo rápidamente hasta que encuentro algo que me engancha”.

9. Desarrolla tus aptitudes sociales. “Cuando analizas las sociedades humanas, ves que no hay relación objetiva entre fuerza física y poder social y político. En general este último depende de las habilidades sociales: la habilidad de construir alianzas, la habilidad de llegar a concesiones con potenciales aliados, la habilidad de entender lo que la otra persona está pensando, ya sea para llegar a un trato o para evitar una trampa”.

10. Encuentra tu misión. “Quiero traer más claridad a la discusión pública de lo que está pasando en el mundo, especialmente en los términos de centrar la atención de la gente en las preguntas más importantes. Trato de dar algunas respuestas pero no estoy tan interesado en que la gente esté de acuerdo conmigo. Prefiero que estén de acuerdo en las preguntas. (…) Creo que los temas más importantes en este momento son la guerra nuclear, el cambio climático y la disrupción tecnológica”.

Información adicional

Texto: Fanny Díaz
Imagen: HeadOvMetal
Grafitti en Texas

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2 comentarios el “Más Harari y menos prejuicios

  1. Antonio Mino
    noviembre 29, 2019

    A tener en cuenta:

    ‘‘Los humanos sabemos muchas más verdades que ningún otro animal, pero también creemos en muchas más insensateces’’

    Esto también es de HARARI (26 de mayo de 2019 New York Time)

    Saludos

    • Fanny Díaz
      noviembre 30, 2019

      Harari está claro en unas cuantas cosas. Gracias por tu visita Antonio Mino

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